EL NOMBRE DE UNA MUJER
Mi existencia es el nombre de una
mujer
que a cada instante recuerdo,
ella está en mis días y en mis noches
una mujer que nunca dejaré de
amar
al final… mi último pensamiento
estará con ella
abrigando su rostro, como mis
manos a sus senos desnudos
como mis manos que recorren los
rincones más remotos de su cuerpo
rozando su piel blanca, su
vientre y sus mejillas rosadas
perderla me dejaría sin alma, en
el estado más profundo de la tristeza
en los túneles y rincones mas
oscuros sin amaneceres porque…
estamos hechos de amor, de ese
amor que aun sigue moviendo al mundo, de esas miradas, esas que nos llenan de
sosiego, de esos abrazos que nos hacen sentir seguros, de esas palabras
hermosas que nos permiten expresar lo que sentimos luego de amarnos y
recorrernos en esas noches que parecen interminables
sueño con que tus labios no dejen
de besarme nunca
sueño con que tu vientre lleve
consigo una vida por un tiempo
sueño con que mi nombre no se le
olvide jamás a tu boca
sueño con estar siempre en tu
recuerdo y en cada palpitar de tu corazón
soy un hombre que hasta hace
algunos días, vivía en un laberinto, en un túnel oscuro
donde se ocultan los pájaros por
la noche y solo vuelven a salir con la luz del día
tú eres mi día radiante, tú eres
ese campo lleno de luz con esa brisa suave que me acaricia, tú eres la mujer
que me llena de calma, tú eres mi patria, mi himno, mi bandera, tú eres mi
razón de ser.
Y en mis días más tristes dibujas
sonrisas en mi rostro que se gasta con el tiempo sin poder detenerse. Entonces
es el nombre de una mujer que se detiene a mirarme y que vive en mis labios y
se sumerge en mi sangre
es ese aire que respiro y recorre mis sentidos
haciendo que la perciba y la dibuje en sus acciones
es ella la vida de estos versos que
impregnan de amor nuestra historia y será su esencia luego del último momento
quien dibuje en el debandar de los tiempos ese nombre en mi memoria
hasta que me consuma en lo que
fuimos te guardare entonces en la piel de mi corazón desnudo, en el recuerdo
cansado, en la inocencia de mi infancia, detrás de mis palabras en mis rincones
remotos
y luego cuando mi cuerpo se
apague lentamente para el mundo, vivirás en las voces de estos tus versos tan
amargos y tan dulces tan desnudos tan contigo y tan sin ti…
Carlos Piñate (Equitanio) 27 de diciembre de 2010